La Alegría de los Peces
Un maestro y un alumno estaban cruzando un río junto a
la presa. El maestro dijo:
- Fíjate qué libremente saltan y corren los peces.
Esa es su felicidad.
El alumno replicó:
- ya que tú no eres un pez ¿cómo sabes qué
es lo que hace felices a los peces?
El maestro dijo:
- Dado que tú no eres yo, ¿cómo es posible
que puedas saber que yo no sé qué es lo que hace felices
a los peces?
El alumno argumentó:
- Si yo, no siendo tú, no puedo saber lo que tú sabes,
es evidente que tú, no siendo pez, no puedes saber lo que
ellos saben.
El maestro dijo:
- ¡Espera un momento! Volvamos a la pregunta original. Lo
que tú me preguntaste fue ¿Cómo puedes tú
saber lo que hace felices a los peces? Por la forma en que planteaste
la cuestión, evidentemente sabes que sé lo que hace
felices a los peces.
Yo conozco la alegría de los peces en el río, a través
de mi propia alegría, mientras camino a lo largo del mismo
río.
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En esta historia vemos claro que sí queremos aprender algo
o conocer a alguien, debemos involucrarnos con él, entrando
en su medio o acompañándole. Sólo a su lado
y siendo uno con él podremos vivir lo que él vive
y así conocerlo.
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