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LOS EXPERTOS
Un hombre a quien se consideraba muerto fue llevado por sus amigos para ser enterrado. Cuando el féretro estaba a punto de ser introducido en la tumba, el hombre revivió inopinadamente y comenzó a golpear la tapa del féretro. Abrieron el féretro y el hombre se incorporó. «¿Qué estáis haciendo»?, dijo a los sorprendidos asistentes. «Estoy vivo. No he muerto».
Sus palabras fueron acogidas con asombrado silencio. Al fin, uno de los deudos acertó a hablar: «Amigo, tanto los médicos como los sacerdotes han certificado que habías muerto. Y ¿cómo van a haberse equivocado los expertos?». Así pues, volvieron a atornillar la tapa del féretro y lo enterraron debidamente.
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Esta historia que puede entenderse como un chiste, viene a recordarnos todas las veces que actuamos en nuestra vida por las reglas que están impuestas y que ni siquiera nos las hemos replanteado. No las revisamos, no hacemos un ejercicio de reflexión sobre su idoneidad, sobre si están acorde con nuestros principios, con nuestros valores personales, con nuestra situación personal. Ponemos la verdad en manos de los que se supone que son los que saben y no asumimos la parte de responsabilidad que es nuestra.Nosotros mismos sabemos, intuímos generalmente la verdad de las cosas, pero el saber implica responsabilidad y eso nos da miedo. Así que optamos por desconectarnos de nuestro interior. Preferimos hacer oídos sordos, mirar a otro lado, y dejar las cosas como están. ¿Pero qué pasaría si un día nosotros nos encontrásemos en la situación del protagonista de la historia?
Cuando una situación esté en nuestras manos, tomemos las riendas y la responsabilidad.Asumamos el control de nuestra viday conseguiremos hacer un mundo mejor entre todos.
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