LA LECHERA
Esta historia es muy conocida en todas las culturas. Aquí la relataré tal como me la contó mi abuelo hace muchos años.
Era un lechero acaudalado y que contaba con varias trabajadoras en su lechería.Un día llamó a una de ellas llamada María y le entregó un cántaro lleno de leche para que lo llevase a un cliente de un pueblo cercano.A cambio le prometió algunas pesetas extras.María, muy contenta, colocó el cántaro sobre su cabeza y se puso en marcha, en tanto se decía para sí:
“Voy a ganar unas pesetas extras ¡qué bien! Con ellas compraré gallinas, éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener muchas gallinas.Luego las venderé y me compraré cabras.Se reproducirán, venderé parte de ellas y compraré vacas y una granja.Como ganaré mucho dinero, también compraré telas y me haré comerciante.Será estupendo. Me casaré, tendré una casa soberbia, y naturalmente, dispondré de excelente cocinero para que me prepare los platos más deliciosos, ummmm”
Y pensando, pensando, no se dio cuenta y tropezó con una piedra del camino.El cántaro que llevaba en la cabeza se cayó haciéndose mil pedazos y derramando toda la leche.Desolada, volvió al pueblo y se enfrentó al patrón, que exclamó:
- ¡Necia! ¡Me has hecho perder las ganancias de toda una semana!
Y María contestó:
- ¡Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida!
El futuro es un espejismo, éste es tu momento, tu instante.En lugar de fantasear con la mente, pon las condiciones para que la semilla pueda germinar.
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